sábado, 10 de mayo de 2008

Septiembre 1997, fiesta de la Virgen (1)

Allá por el año 1997, se llevó a cabo la fiesta patronal en honor a la Virgen de Cocharcas, patrona de nuestro pueblo; las siguientes imágenes son la secuencia que narra en detalle dicha celebracion:


Una paradita en Palpa para saborear sus exquisitas naranjas y de paso aplastar a esa jodida pulguita (disculpen la expresión), que se ha metido allá por donde no llega la luz.


Acompañando al negrito capataz, personaje sobre el cual recae gran parte de la responsabilidad de las celebraciones; fácil es ofrecerse a llevar el cargo, mas arduo el camino para lograr llevarlo dignamente; mucha gente visita su tierra al menos una vez al año, abrigando en su corazón, la esperanza de que las personas que organizan la fiesta lo hagan con mucha fé y devoción


David Huamaní tomando un lonchecito con su hijo, de paso que muestra sus dotes de guía gourmet.


Hermandad de cargadores, no del Señor de los Milagros, sino de los ingentes sacos de arroz, azúcar y harina que tuvieron que levantar a pulso con la finalidad de ayudar a un transporte, el cual obstruía el paso; la historia se resume en esto: resulta que un bendito camión con carga completa, había sufrido un percance y para el respectivo cambio de llantas había que bajar buena parte de lo que llevaba; los amigos que iban en el ómnibus se hicieron los disforzados al notar la mercadería pero, al ver que el tiempo pasaba (y la noche transcurría) así como la situación no mejoraba, ya estaban haciendo planes para llegar a pie a Ishua, cuando en esos momentos llegó un carro de Perez Albela repleto de paisanos y, rememorando viejas tareas comunales, se pusieron a cargar durante la madrugada los pesados sacos terminando casi al amanecer; era una prueba que la Virgencita les estaba enviando porque muchos de ellos, cual pecadores sin remedio, estaban yendo a fiesta sólo por diversión y no por devoción...


Cuando empezó a clarear el día, se dieron cuenta que el percance se había producido en la bajada de Andamarca, noten la fila de carros que esperaban detrás de ellos; sino se ejecutaba el trabajo comunal hasta hoy seguirían esperando el pase al puente...


Cerca a Cabana Sur, este burrito les da la bienvenida, animando a los viajeros a proseguir la marcha. El paisaje es similar al de nuestra tierra y así da gusto viajar, solo faltaría que por estos lugares aparecieran unas cuantas tunas maduras...


Al fin, pisando la tierra Ccahuana Pata, llajta de los amigos cabaninos; esto significa sencillamente una cosa: ya están en el valle del Sondondo y desde aquí, a pie hasta el pueblo querido, solamente dista dos horas de camino...

** Fotos: David Huamaní Urbano

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